Nuestros genes revelan que todos somos parientes
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DEBATES
Nuestros genes revelan que todos somos parientes
Jeremy Rifkin.. Economista norteamericano
El 10 de enero de 1969 la revista Life publicó impresionantes fotos de la Tierra 
tomadas desde el Apolo 8 en órbita alrededor de la luna. Por primera vez en la 
historia, los seres humanos podían observar el planeta tal como se lo ve desde 
afuera. Lo que teníamos ante nosotros era una esfera pequeña, colorida y con 
profusión de adornos, formada por grandes océanos y continentes irregulares. 
Nuestro hogar común en su totalidad.
Con la publicación de esas fotos, nuestra perspectiva colectiva cambió para 
siempre. Para muchos de nosotros las fotos significaron un paso crítico en 
relación con la forma de globalizar la psiquis y pensar como terráqueos, no sólo 
como miembros de tribus, grupos raciales, religiones y nacionalidades 
específicas.
Hoy recibí un análisis genético de mi historia ancestral que tuvo un efecto tan 
profundo en lo relativo a reorientar mi sentido de la perspectiva global como la 
primera vez que vi esas fotos de la revista Life.
Hace dos meses me convertí en una de las miles de personas de todo el mundo que 
participan en el Proyecto Genográfico, un extraordinario estudio global de cinco 
años que realizan la National Geographic Society e IBM con el objeto de rastrear 
la historia evolutiva y migratoria de los seres humanos. 
Recibí un raspador especial de mejillas por correspondencia. Tomé una muestra de 
piel de las mejillas desde el interior de la boca y la mandé a un laboratorio 
para su análisis.
Descubrieron que pertenezco al Haplogrupo R1B (M343). Un Haplogrupo se define 
por una serie de marcadores genéticos que comparten otros que tienen las mismas 
mutaciones. Los marcadores rastrean la ruta que recorrieron nuestros ancestros a 
lo largo de la historia.
Mi antepasado masculino más antiguo vivió en el noreste de Africa, en el Valle 
Rift, en lo que hoy sería Etiopía, Kenia o Tanzania, hace unos cincuenta mil 
años. En ese momento había sólo unos diez mil seres humanos modernos en el 
planeta, todos ellos en Africa. Mis ancestros por el lado paterno migraron a 
Oriente Medio, luego al Asia Central y por fin a Europa en el transcurso de 
varios milenios.
Lo que resulta más interesante de mi perfil ancestral, sin embargo, es que 
comparto los mismos ancestros masculino y femenino que todos los demás seres 
humanos que habitan hoy la tierra. Todos descendemos de un Adán y una Eva 
primordiales, lo cual nos convierte literalmente en parte de una única familia 
humana. Ese asombroso hecho genético cambia la perspectiva muy profundamente. 
Todos somos parientes.
¿Cómo sabemos que todos estamos emparentados? Porque en todas las mujeres el ADN 
mitocondrial se transmite intacto de madre a hija, generación tras generación, y 
en todos los hombres el cromosoma Y pasa de forma igualmente intacta de padre a 
hijo en cada generación. En ocasiones se produce una mutación genética, que se 
convierte en un "marcador genético", lo que permite a los genetistas rastrear la 
forma en que distintas poblaciones humanas se dividieron en diferentes ramas 
migratorias.
Por lo que parece, según los investigadores del Proyecto Genográfico, todos los 
seres humanos actuales descienden de una sola mujer, "una Eva mitocondrial" que 
vivió en Africa hace ciento cincuenta mil años. Si bien no era la única mujer de 
su tiempo —en Africa ya había varios miles de mujeres—, su ADN fue el único que 
sobrevivió en la cadena madre-hija hasta nuestros días. Los especialistas en 
genética también localizaron un "Adán cromosoma Y", también en Africa, que vivió 
hace unos sesenta mil años. Por más que en aquel momento había varios miles de 
hombres, su ADN fue el único que sobrevivió y se transmitió de padre a hijo 
hasta el presente.
El mapa migratorio que rastrea la travesía humana está apenas en sus comienzos. 
Con el transcurso de los años, el Proyecto Genográfrico espera contar con 
muestras genéticas de más de cien mil personas pertenecientes a grupos 
autóctonos del mundo entero, así como con donaciones anónimas de ADN que 
contribuyan a rellenar el mapa del viaje humano. 
El científico que dirige el proyecto, Spencer Wells, señala que los genetistas 
tratan de construir el mapa contra reloj porque la tarea se irá haciendo más 
difícil "debido a que la gente migra y se mezcla en mucho mayor medida que en el 
pasado".
El Proyecto Genográfico es la máxima expedición exploratoria. Nos va a decir 
cómo viajó nuestra especie por el tiempo y el espacio durante decenas de miles 
de años. Igual importancia tiene lo que nos dirá sobre nuestra raíz común. 
En momentos en que el mundo enfrenta desafíos globales sin precedentes, desde el 
cambio climático y la pérdida de biodiversidad hasta el terrorismo y la 
proliferación nuclear, saber que procedemos de la misma familia ancestral podría 
ser el cambio de perspectiva que necesitamos para liberarnos de las limitaciones 
y rivalidades tradicionales. Es hora de que empecemos a pensarnos como una 
familia Homo Sapiens que vive en una biosfera que comparten todos sus 
integrantes y las demás criaturas. 
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Tuesday, June 19, 2007
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